jueves, 22 de marzo de 2012

Los gestos son cuestión de genes, no de aprenderlos

 En estado de alarma nuestros ojos y fosas nasales se abren desorbitadamente, lo cual está asociado a la capacidad de estar alerta y poder asimilar mejor lo que ocurre a nuestro alrededor. Lo mismo ocurre cuando nos concentramos en algo, cerrando las fosas nasales y la boca, pero abriendo los ojos para captar el centro de nuestra atención con mayor intensidad.
La Universidad Estatal de San Francisco manejando la hipótesis de que en lugar de ser socialmente aprendidos, los gestos faciales son reminiscencias evolutivas que las traemos naturalmente.
Para verificar esta hipótesis, un equipo de esa universidad, comparó fotografías de atletas de judo videntes y no videntes durante los Juegos Olímpicos y los Juegos Paralímpicos del año 2004. Y curiosamente, los gestos, en lugar de mostrarse diferentes, eran llamativamente similares.
Así como los primates comparten gestos faciales, nosotros también lo hacemos, y este estudio sugiere que la evolución es lo que está detrás de ello. Hemos ido adaptando nuestros gestos a lo largo de nuestra historia hasta convertirse en parte de nuestros genes.

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