sábado, 24 de marzo de 2012

Métodos de manipulación genética

Métodos de manipulación genética
La ingeniería genética es la rama de la ciencia que se ocupa de la manipulación de ADN de organismos vivos, lo que permite una infinidad de aplicaciones como la creación de nuevas especies, corregir defectos genéticos y la fabricación de numerosos compuestos químicos que de otra forma serían imposibles de conseguir.
Los métodos de manipulación genética que se utilizan son muy complejos y se adecuan a las necesidades de cada caso. 
Una de las técnicas que utiliza la ingeniería genética se basa en el uso de las llamadas enzimas de restricción. Estas enzimas tienen la capacidad de reconocer una secuencia determinada de ADN y extraerla del resto de la cadena. Otra clase de enzimas, las ligasas, se utilizan para volver a colocar el ADN en el núcleo de las células. Básicamente las enzimas de restricción funcionan como una “tijera de ADN” mientras que las ligasas hacen de “pegamento” para insertar el ADN.
De esta manera es posible cortar la sección de ADN que se desea y volver a insertarla en otro organismo, o en otra parte de la cadena de ADN.
Otro proceso de manipulación genética son los vectores. Se llama vector a lo que seria una clonación,  es decir, una réplica del material genético dentro de la célula huésped. Esto hace posible contar con múltiples copias de ADN, lo que proporciona una gran cantidad de material genético fiable con el que trabajar.
Recientemente se ha descubierto otra enzima que se utiliza en ingeniería genética. Se trata de la ADN polimerasa, que funciona de forma similar a los vectores, con la diferencia que se replica el ADN de manera exponencial en una reacción en cadena.
Todos los seres vivos están compuestos de miles de millones de células con el mismo material genético. Las cadenas de ADN se forman con cuatro elementos llamados nucleótidos: Adenina (A), guanina (G), tiamina (T) y citosina (C). Estos cuatro componentes se unen formando las cadenas helicoidales que son únicas en cada especie. Mediante la transformación de estas cadenas de ADN, es posible la manipulación genética de cualquier organismo vivo.

jueves, 22 de marzo de 2012

Los gestos son cuestión de genes, no de aprenderlos

 En estado de alarma nuestros ojos y fosas nasales se abren desorbitadamente, lo cual está asociado a la capacidad de estar alerta y poder asimilar mejor lo que ocurre a nuestro alrededor. Lo mismo ocurre cuando nos concentramos en algo, cerrando las fosas nasales y la boca, pero abriendo los ojos para captar el centro de nuestra atención con mayor intensidad.
La Universidad Estatal de San Francisco manejando la hipótesis de que en lugar de ser socialmente aprendidos, los gestos faciales son reminiscencias evolutivas que las traemos naturalmente.
Para verificar esta hipótesis, un equipo de esa universidad, comparó fotografías de atletas de judo videntes y no videntes durante los Juegos Olímpicos y los Juegos Paralímpicos del año 2004. Y curiosamente, los gestos, en lugar de mostrarse diferentes, eran llamativamente similares.
Así como los primates comparten gestos faciales, nosotros también lo hacemos, y este estudio sugiere que la evolución es lo que está detrás de ello. Hemos ido adaptando nuestros gestos a lo largo de nuestra historia hasta convertirse en parte de nuestros genes.

sábado, 3 de marzo de 2012

Las ventajas de los alimentos transgénicos

La bioingeniería ha abierto la puerta a la posibilidad de modificar hasta los aspectos más básicos de cualquier ser viviente, aunque de momento la humanidad ha mostrado temor hacia ese poder y se ha limitado a introducir cambios relativamente pequeños. 
La gran mayoría de los alimentos transgénicos accesibles actualmente a los consumidores son de primera generación. Eso quiere decir que presentan beneficios directos para los cultivadores pero no para los consumidores. Entre estos beneficios se encuentra la resistencia a plagas, la capacidad de producir toxinas insecticidad por ellos mismos. Un ejemplo de esto es la Papaya Ringspot cultivada en Hawaii, la cual fue dotada de la capacidad de resistir virus, ahorrando millones en fumigación y evitando posibles destrucciones de cosechas.
Entre los futuros beneficios que ofrecerán los alimentos transgénicos se encuentra la capacidad de crecer y desarrollarse con menos agua, suponiendo un importantísimo ahorro para zonas con problemas de irrigación y también la capacidad de obtener cultivos de mayor tamaño.